Estos símbolos
están escritos en braille. Para descifrarlos tiene que saber que cada serie de
puntos representa una letra, la cual, a su vez, forma parte de una palabra. En
este caso, la palabra es <ciego>. Este término es el portador del
significado, es decir, el significante. El significado de la palabra, por otra
parte, es la que esta significa (en este caso, que alguien carece del sentido
de la vista).
A menudo se
considera que los signos están compuestos por dos elementos inseparables: el
significante y el significado. Un aspecto fascinante de la relación entre estos
dos es que dicha relación puede ser arbitraria.
Así, par
ejemplo, cuando use la palabra “perro” para hablar de cierto animal doméstico,
can pelo y can cuatro patas, estoy empleando un significante que es arbitrario.
El sonido que hace la palabra “perro” cuando uno la profiere no es
intrínsecamente mejor que los sonidos inventados ”lerro” “serro” o “merro” para
hablar sobre este animal. Cualquiera de estas palabras podría haberse usado
para comunicar el significado de “animal doméstico de cuatro patas que puede
emitir el sonido guau”. Y así como en castellano se utiliza la palabra “perro”,
en ingles han elegido dog, en aleman hund y en fiancés chien.
Muchos de los
signos empleados en la comunicación son arbitrarios en el sentido de que no
resultan inmediatamente transparentes. Por esta razón, es precise, aprenderlos
junto con as convenciones del idioma en el que están insertados antes de poder
utilizarlos. Ahora bien, una vez se han aprendido estas convenciones, los
significados que se transmiten al usarlos tienden a parecer totalmente
naturales. Sin embargo, al pensar que los significados son naturales no nos
hacemos ningún favor. A menudo se considera natural lo que tan solo es el
producto de una serie de hábitos y prejuicios culturales que al haber quedado
tan integrados en la mente, ya no se advierten como tales.
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