domingo, 6 de enero de 2013

El lenguaje de los símbolos gráficos


INTRODUCCIÓN


Estamos en el umbral de un nuevo siglo. El hombre ha puesto su mirada tratando de ver más allá de ese horizonte cercano. Sus ojos se esfuerzan, su mirada se mantiene fija en el futuro, trata de percibir algún destello lejano, pero sus posibilidades humanas son limitadas.
Esta curiosidad siempre ha estado latente en nuestro ser, es un anhelo constante que fatiga el entendimiento, pero nuestras facultades no nos permiten ver cómo estará forjado el porvenir. Sin embargo, nos hemos dado cuenta que es posible voltear por encima de nuestro hombro y ver hacia atrás, hacia el pasado. De él sabemos casi todo. De ahí sacamos conclusiones, atamos cabos y generamos teorías, y con ellas construimos plataformas para lanzarnos hacia el porvenir. Muchos intentos han fructificado, pero no de la manera esperada, pues han surgido posibilidades que ni siquiera imaginamos.
Todos los ámbitos de las ciencias se han visto enriquecidos con nuevas posibilidades, la mayoría de las cuales son contribuciones que surgieron al azar, como meros accidentes cotidianos. Estos hechos son reales y no podemos hacerlos a un lado. Lo que se pensaba serviría para una cosa se le dio aplicación en otra. Intención y accidente se toman de la mano y forjan las bases del futuro.
Nadie ha sido capaz de contemplar en plenitud su aportación, pues los hechos aislados no hacen la historia. Es el conjunto de elementos los que constituyen un todo. Lo que no sirve para unos hombres, es de vital importancia para otros. Toda ciencia está integrada por partes homogéneas que se amalgaman en forma integral y esa homogeneidad es lo que le da coherencia y validez a sus normas. El principio de homogeneidad es resultado natural de todo cuanto existe. Basta observar a nuestro alrededor: las flores del jardín trasero de casa; la mascota canina que nos brinda su compañía y que juguetona retoza junto a nosotros; la carita amable del nietecito que semanalmente nos visita; todos son entes homogéneos.
Solamente lo que el hombre diseña puede resultar un desastre heterogéneo carente de total integridad. Pero para fortuna nuestra, son más los aciertos que los errores. Y esos aciertos se han integrado en forma descriptiva dentro de voluminosos textos impresos perfectamente clasificados, para que de ahí obtengamos la información que nos evitará partir de cero. Los textos se han integrado a su vez bajo una clasificación homogénea para facilitar las labores de investigación. Cuanto parte de la sabiduría humana se condensa en unidades homogéneas, nacen las ciencias especializadas que conforman, a su vez, un todo enciclopédico, es decir, un todo que integra la mayoría de los conocimientos generados por la humanidad. Desgraciadamente no todo lo que el hombre ha descubierto ha quedado sujeto a un registro fehaciente.
Dentro de las ciencias más antiguas y de las que el hombre ha establecido como de vital importancia por la afinidad que tienen con su propio ser, tenemos las ciencias de la comunicación.
Darnos a entender es más importante de lo que imaginamos. Transmitir nuestros pensamientos a través de los medios de alcance ha cobrado una importancia primordial. Primero se establece una comunicación oral, pero este tipo de comunicación es variable y sólo logra una afinidad con los hombres que permanecen juntos dentro del núcleo comunal y que han practicado por mucho tiempo un lenguaje propio. En ocasiones, el hombre se topa con seres semejantes a él que vienen de regiones remotas, trata de comunicarse con ellos pero sus intentos son vanos, no entiende lo que dicen; las expresiones orales son discordantes, su lenguaje es diferente.
Durante muchos milenios el hombre ha permanecido aislado en las ciudades. Las vías de comunicación han sido poco confiables. Llega el día en que empiezan a surgir los más diversos medios de comunicación que acortan las distancias. El hombre ha dejado de estar aislado dentro de su propio habitat, la Tierra y sus lenguajes empiezan a cambiar y a integrarse. Los términos más fáciles de recordar toman preponderancia, los más difíciles pasarán poco a poco al olvido.
La meta en el futuro se ha fijado más allá de nuestros confines terrestres. El universo se abre como una flor cuya fragancia envuelve con irresistible fascinación a la mente humana. Sin embargo, todavía no se ha logrado el lenguaje ideal de comunicación.
Nuevamente el pasado viene al rescate. Hace miles de años, el hombre, en distintas partes del mundo, logró diversos sistemas de comunicación basados en un mismo principio, que brotó aparentemente en forma natural y espontánea, sin sustraerse a convencionalismos de ninguna especie. En Europa, Asia, América y África se forjó un mismo concepto. No había posibilidad de comunicarse unos con otros, no obstante todos partieron de un mismo sistema, utilizando como base las imágenes de las cosas naturales. Las formas estilizadas de lo que existía alrededor del hombre jugaron un papel predominante.
Hoy, las imágenes han cobrado gran importancia en los sistemas de comunicación. Las imágenes al ser simplificadas crearon símbolos y éstos, al perder su carácter analógico, crearon signos. Todos ellos conservaron un significado conceptual. La relación que hay entre los símbolos y signos con su significado ha sido materia de estudio, al encontrarse que las formas generadas son comprensibles para todos los hombres, sin importar que tengan diferentes lenguajes. Se han hecho diversas aplicaciones, sobre todo en eventos de carácter internacional, como son las olimpiadas, y se ha encontrado con beneplácito que las imágenes gráficas o pictogramas, como se les ha dado en llamar, son fáciles de entender y recordar.
La pictografía se está constituyendo en un nuevo lenguaje que demuestra características nunca antes observadas, como la de evitar estudios especializados para poder comprenderlas. Los pictogramas se entienden en forma intuitiva y natural. No se necesita dominar un idioma especial para interpretarlos. Todas las personas, cultas o incultas, europeas o africanas, interpretan fácilmente el significado de los pictogramas.
Los símbolos son menos fáciles de comprender. Requieren de una observación constante y poco a poco, mediante un uso continuo, acaban por entenderse. No necesitan tampoco de una larga y tediosa preparación para comprenderlos.
Los signos se encuentran en una escala diferente cuando se trata de entenderlos. Éstos sí requieren de una preparación previa para poder conocer su significado, sobre todo por la gran variedad de combinaciones que requieren en la práctica. Los alfabetos quedan dentro de este grupo.
Sin embargo, hay diversas constantes homogéneas de relación entre pictogramas, símbolos y signos. Las más importantes corresponden al "factor gráfico" y al "factor significado". El estudio de los significados de toda una gama de elementos visuales o de gráficos, y aún muchos de otra índole, han conformado una ciencia conocida como semiótica.
La semiótica, como ciencia de los significados, ha adquirido mucha importancia en los últimos años. En la actualidad los estudios de semiótica se están integrando a todos los programas de universitarios, sobre todo en disciplinas que necesitan establecer dentro de sus actividades académicas una relación comunicacional de tipo especializado, como lo establecen los casos de las licenciaturas en diseño gráfico, arquitectura, diseño industrial, artes visuales, medicina, computación, música, actuación, literatura y lenguas.
La presente obra es una introducción en el conocimiento de esta ciencia, con especial enfoque hacia el diseño gráfico. Dentro de este campo se ha considerado la necesidad de que los futuros comunicadores gráficos conozcan a fondo el funcionamiento adecuado de cómo un gráfico debe transmitir un significado. Aquí encontrarán las bases comunes en el comportamiento de todo tipo de comunicación visual. Se darán cuenta que los significados no se establecen al azar, ni por causas meramente estéticas, sino que requieren de un profundo análisis y del establecimiento de métodos especializados. Entre más se comprenda este precepto, mejor serán los resultados que se obtengan.

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